Existe un saludo común para todos los scouts del mundo.
Este saludo está formado por la seña scout y el apretón de la mano izquierda:
Para hacer la seña scout, se extienden los dedos índice, corazón y anular, mientras que la yema del pulgar se apoya sobre la uña del dedo meñique, todo ello con la mano derecha. Los tres dedos levantados recuerdan los tres pilares del escultismo: Fe, País y Responsabilidad; o también las tres virtudes: Lealtad, Pureza y Abnegación; y el dedo meñique, protegido por el pulgar, nos recuerda que el fuerte protege al débil.
Generalmente, a la par que se hace la seña, el scout extiende su mano izquierda para estrechar la del otro. Esto tiene su historia:
“Durante la campaña contra Prempeh, Rey de los Ashanti, Baden-Powell capturó a uno de los jefes. Al rendirse, B-P le extendió la mano derecha en señal de amistad. Sin embargo, el jefe Ashanti
insistió en darle la mano izquierda, explicando que ‘sólo los más valientes entre los valientes se saludan con la mano izquierda, porque para hacerlo deberían desproveerse de su mayor protección:
su escudo.”
Los scouts de todo el mundo estrechan la mano izquierda, que es la que está más cerca del corazón.
Aparte de esta seña común, las ramas de los más pequeños tienen su propio saludo: Los castores sólo muestran el índice y el corazón, doblados, representando los dientes del castor. Y los lobatos saludan con el índice y el corazón extendidos, representando las orejas atentas del lobo. También en ambos casos el pulgar cubre los dedos que no están levantados, simbolizando la protección del fuerte sobre el más débil.
Este símbolo es utilizado en todo el mundo y es una de las representaciones más características de los scouts. De hecho en cartas y comunicados scouts, es costumbre acabar con la fórmula “Un saludo de mano izquierda”, acompañada a veces por “Buena caza, buena ruta y largas lunas”.